Ya ha pasado una semana. Ya se abra acabado la batalla? Nana debia de estar preocupada. Imagino q no ha dormido en esta ultima semana. En cuanto aqui, *suspiro* me tratan con respeto, mas del q me imaginaba, pero el trabajo es arduo. Las pesadillas han sesado, es como si en este lugar menguaran las malas situaciones y conductas, se respira un poco de tranquiledad y aveces hasta paz. El nombre de ella es Marysol, es la jefa de guardia en cuestiones de proteccion por guerrillas en el peque~o pueblito donde vive. Es la primera mujer q veo q hace eso puesto q es trabajo de hombres. En fin, no creo ella me vaya a dejar ir de aqui hacia mi castillo puesto q de lo unico q me puedo kejar es de q me escierran en un peque~o cuarto bajo llave. Ironico, sumamente ironico.
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-Marysol?
-Si, principe Andragon?
-Cuando me encontraste, no habia conmigo una espada?
-Ah! Si, la tenemos bien guardada. No te preocupes, esta segura en donde esta.
-Quisiera tenerla en mi poder. Puedo?-ella me miro algo extra~ada pero al final dijo:
-Si, claro. Quien soy yo para...
se habia ido murmurando el resto por el camino. luego de un rato regreso ella y mi espada.
Oh, mi preciada espada.
-Sabes? Esta espada era de mi abuelo, es por eso q casi no puedo vivir sin ella.
-Aja, lo q digas.
Ella no se lo tomaba muy enserio q digamos, pero tampoco lo esperaba asi, lo habia pensado en voz alta.
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